Cuando
muere el sol
No
se si has visto cuando el sol se va
la
vida cambia por momentos breves
la
naturaleza viva se entristece
y
el ave que volaba ya no está.
La
luz escapa con tonalidades
del
amarillento al gris más oscuro
y
tu regazo que antes era duro
ahora
se torna cálido y muy suave.
Tus
labios rojos, tibios y brillantes
mojan
los míos con sus dulces mieles
reclamando
mi amor en cada instante
y
mostrando la pasión con que me quieres.
Al
hacerse más oscuro, llegada la noche
entre
besos y caricias el clímax aflora
vivimos
un mundo de caricias, un derroche
amándonos
más que antes, mucho más ahora.
©Ramón
Oviedo
23/11/2012 06:47 p.m.
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